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Por todo esto podemos decir que la globalización se refiere a un conjunto de condiciones emergentes en que la riqueza y el valor agregado son producidos y distribuidos a nivel mundial mediante redes de unión, de tal forma que se permite el intercambio de científicos, investigadores, académicos y otras personas que puedan trabajar en proyectos conjuntos multinacionales y cooperativo de investigación y desarrollo. La visión holística presenta el proceso de adquisición, producción, almacenamiento, recuperación, difusión y utilización del conocimiento para la solución de problemas como algo integrador, concatenado, organizado, evolutivo y global.2.5El sistema cambiante en la orientación de los valores, donde entra en juego la calidad: Día tras día nuestra sociedad nos exige más en sus valores y entre ellos nos encontramos en todos los sectores de la vida con el término de calidad, tanto de productos, servicios, etc. Esto provoca una mayor competencia, una mayor responsabilidad, mayor transparencia así como mayor eficiencia. La sociedad exige cada vez más servicios y bienes de calidad, y entre estos servicios nos encontramos con la educación. Existe una creciente presión social sobre la calidad de los servicios universitarios; docencia, investigación, transferencia tecnológica, etc.Todos estos cambios en la educación superior se ven sin duda reflejados en los sistemas de gestión, dirección y organización de las instituciones de educación superior.Dependiendo de los autores se pueden identificar distintas aproximaciones al concepto de calidad en la educación superior (WINN 1996 ; Bricall 2000). Winn (1996) identifica siete aproximaciones principales al concepto de calidad en educación superior: Recurso: referida al capital humano, intelectual y a los recursos físicos y financieros que utilizan las instituciones educativas para desarrollar sus actividades y cumplir con sus funciones. Contenidos: referida a la excelencia de la institución con relación a lo que enseña y transmite a la sociedad o contribuye a la ciencia. Resultados: centrada en el cumplimiento de la misión y los objetivos de la institución. Valor añadido: que contempla la calidad como el impacto educativo que la institución realiza en sus estudiantes y el profesorado. Electorado: que se centra en la satisfacción de las necesidades de los usuarios de los servicios educativos (estudiantes, familias, docentes, gobiernos, comunidad, etc.). Reputación: que persigue la consecución del prestigio de la institución educativa. Por tanto si llevamos esto a la calidad en la educación en general y en particular a la calidad en la educación superior, que es la que nos atañe en este momento, esta calidad vendrá determinada por la capacidad de las instituciones para preparar al individuo, puesto que este es el destinatario, con el fin de que pueda adaptarse sin problemas al mercado laboral. Esta es la clave fundamental del desarrollo de este trabajo, es decir, ver de qué forma estamos aplicando las pautas de calidad necesarias para que nuestros egresados sean capaces de adaptarse al mercado laboral, y aportándole al que podríamos considerar el otro cliente (el empleador) un “producto” de calidad. Según Navarro 1997 “La educación de calidad es la que logra resultados que permitan el progreso y la modernización. Elevar la calidad es entonces encontrar los medios necesarios para el logro de los fines. Midiendo los resultados se adecuan los medios pertinentes”. Según Arrien (1997) la calidad parece estar muy asociada a los procesos y resultados del desarrollo educativo del educando, desarrollo que se manifiesta en los aprendizajes relevantes del educando como sujeto, haciendo que este crezca y se desarrolle personal y socialmente mediante actitudes, destrezas, valores y conocimientos que lo convierten en un ciudadano útil y solidario. Lo que se acaba de exponer deja clara la importancia del desarrollo de "competencias" en la formación del profesional y técnica. Por lo tanto, la docencia es de calidad si logra desarrollar competencias en el educando, entendiendo por competencias al “conjunto de conocimientos, de habilidades y de actitudes que se aplican en el desempeño de una profesión” según la metodología Tunning. Por lo tanto lo dicho no plantea una estructura basada en la mejor adaptación del currículum hacia una estructura basada en competencias, sino que además los resultados obtenidos con nuestros egresados sean tales que correspondan a lo que el mercado laboral necesite. Una de las causas que explican la distinta valoración de la evaluación es el cambio en las administraciones y el control del sistema educativo. Estos resultados de las evaluaciones pueden ser empleados con distintos fines: internos, institucionales y, por supuesto, de mejora de la calidad. También relacionado con lo anterior tenemos la necesidad de la sociedad de estar informada sobre los mecanismos de educación, necesitando para ello una mayor transparencia hacia el mercado y hacia los clientes de tal manera que pase de ser un sistema cerrado a un sistema transparente, puesto que hasta hace pocos años poco se sabía acerca de lo que ocurría dentro de las universidades. El hecho de que se aumente la transparencia puede ayudar a que algo tan importante como la financiación con vínculos externos (como empresas) sea más fácil de conseguir. A esta exigencia de información que las familias y la sociedad muestran por la educación, se suman otros motivos relacionados con las condiciones económicas actuales, puesto que el momento actual de crisis hace que se analice con mucho más detalle en qué se está invirtiendo el dinero. Compartiendo las teorías del capital humano no cabe duda de que la formación de las personas que participan en los procesos productivos son un pilar fundamental para el desarrollo de los países, y de ahí la seria preocupación por conocer el estado del sistema educativo, pues será la base para la producción. Hoy en día la "universidad, más que un fin en sí misma, es una institución cuya misión, quehacer y resultados deben estar al servicio del desarrollo armónico e integral del hombre y de la sociedad, por lo que en primer término debe responder y rendir cuenta a la comunidad nacional que la rodea y la sustenta" (Ramírez et al.). En esta búsqueda de la calidad se llega a conclusiones como que “las instituciones de educación superior no deben ser sólo eficaces sino que deben buscar y alcanzar la eficiencia”. Cuando hablamos de eficiencia podríamos estar hablando de una perspectiva interna de la calidad donde se analiza que el servicio ofertado cumple las especificaciones previstas. Esto no ocurría cuando la demanda de alumnos era muy superior a la oferta de plazas, puesto que los mercados son poco competitivos, la incertidumbre es baja y el cliente no es considerado como el principal eje del proceso de calidad. Pero esta situación cambia a partir de los años 90, momento en el cual el número de alumnos desciende y la competitividad aumenta, es decir, la oferta universitaria empieza a ser superior a la demanda y se crea una gran incertidumbre, en este momento el usuario o cliente sí pasa a ser el principal eje del sistema y empieza entonces a adoptarse una perspectiva externa o de mercado denominada eficacia. Por otra parte tenemos el concepto de productividad que sería la relación entre outputs e inputs, siendo la productividad una medida de la eficiencia del empleo de los recursos para generar bienes y servicios, es decir, lo que producimos con los recursos que utilizamos. Para la OCDE, productividad es igual a producción dividida por cada uno de sus elementos de producción. Sin embargo la productividad como referencia a la cantidad de lo que se produce de poco vale y de ahí que se una al concepto de calidad, no sólo es importante que la productividad sea alta, sino que además ha de ser de calidad y en consecuencia conseguimos la satisfacción del cliente, en este caso la productividad sería la relación entre eficacia y eficiencia, donde la eficacia es hacer lo correcto y eficiencia es hacer las cosas correctamente. Una reflexión a tener en cuenta es que si consideramos el análisis de la calidad desde el punto de vista único de la demanda deberíamos cuestionarnos si la educación universitaria satisface las necesidades de sus usuarios. Un análisis riguroso de la calidad desde el punto de vista de la eficacia requeriría la realización de encuestas (calidad subjetiva), las cuales se estudian en el siguiente apartado. |
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