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Universidad de la Experiencia Prof. Herminio Lafoz LA CRISIS DE LOS AÑOS 30. LA SEGUNDA REPUBLICA (1931-1939) La proclamación de la RepúblicaEn las elecciones municipales del 12 de abril la mayoría de los ciudadanos votó a los candidatos republicanos y socialistas en los principales núcleos urbanos.
Un gobierno provisional, presidido por Niceto Alcalá Zamora, y formado por los miembros del Comité Revolucionario, asumió el poder, mientras que por las calles y plazas la muchedumbre vitoreaba a la república sin que la Policía, la Guardia Civil o el Ejército interviniesen. Era el 14 de abril. En ese momento, España tenía unos problemas que podemos llamar estructurales, a los que hay que añadir otros de tipo estructural. Entre los primeros: 1. El agrario: arcaísmo; inmensas desigualdades en la propiedad; exceso demográfico que frena el proceso tecnológico; mercado interno de bajo nivel de demanda. Las grandes familias fuertemente respaldadas por la Iglesia y sus diferentes aparatos (desde el confesionario hasta los colegios) 2. Vetustez del Estado y sus aparatos:
Problemas coyunturales Contexto europeo de crisis económica (el 29), de tensión política (los fascismos), de crisis de la Sociedad de Naciones. La etapa constituyente (abril-diciembre de 1931) Las primeras iniciativas. Prefiguran las grandes líneas del reformismo republicano. Los problemas se tuvieron que abordar sin demora, por decretos que luego habría de convalidar el Parlamento. Los decretos agrarios, impulsados por los ministerios socialistas de Trabajo (Largo Caballero) y Justicia (Fernando de los Ríos). De los 3,7 millones de población agraria activa, casi 2 millones eran obreros agrícolas y 750.000 aparceros.
La Instrucción Pública
Ministerio de la Guerra: Plan para la modernización de las fuerzas armadas.
La organización del Estado. La cuestión catalana. El enfrentamiento con la Iglesia.
Las elecciones a Cortes Constituyentes. Se celebraron el 28 de junio de 1931. Participación del 70,14 %. Votantes: 4.385.155.
Las Cortes iniciaron sus sesiones el 14 de julio, eligiendo para presidirlas al socialista Julián Besteiro. La principal misión de estas Cortes era la redacción de una nueva Constitución. La Comisión Constitucional, presidida por el socialista Luis Jiménez de Asúa y compuesta por una veintena de diputados, inició sus trabajos el 28 de julio y los concluyó 20 días más tarde. La discusión del proyecto constitucional ocupó algo más de tres meses. El 9 de diciembre de 1931, con la abstención de la derecha, fue aprobado el texto constitucional por 368 votos a favor (más otros 17 ausentes, que se adhirieron después) y ninguno en contra. El artículo 1º declaraba: “España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia”. El bienio republicano-socialista (Diciembre 1931-noviembre 1933) Niceto Alcalá Zamora fue elegido presidente de la II República y confirmó a Azaña como jefe del primer gobierno constitucional que mantuvo la misma relación de fuerzas entre los republicanos de izquierdas y los socialistas. Este gobierno emprendió reformas muy importantes y se enfrentó a los problemas que tenía planteados España. La cuestión religiosa. Se centró básicamente en cuatro puntos:
Las principales medidas legales:
La respuesta de los medios católicos fue progresivamente intolerante. Iglesia Católica
Las reformas militares La labor al frente del Ministerio de la Guerra de Manuel Azaña. Los decretos más importantes:
Las resistencias de una parte del Ejército: sublevación del general Sanjurjo (10 de agosto de 1932) La legislación sociolaboral Los dos aspectos del programa reformista que ofrecen mayor interés son la reforma agraria y la transformación de las relaciones sociolaborales a través de los instrumentos de previsión y mediación en manos del Estado. Proyecto socialdemócrata que buscaba, a través de una actuación no específicamente socialista, al menos a corto plazo, y en alianza con la burguesía progresista, otorgar a los trabajadores, a través de sus sindicatos, la posibilidad de aumentar paulatinamente su control sobre las empresas y, en definitiva, sobre el conjunto del sistema económico y de relaciones de clase.
FUENTE: Boletín del Ministerio de Trabajo (1926-1936) La Reforma Agraria Su propósito era corregir las desigualdades sociales y el atraso del campo español, convirtiendo en propietarios a cientos de miles de campesinos sin tierra y aumentando de paso la capacidad de consumo de las masas rurales. Fue básicamente obra de la pequeña burguesía liberal, heredera de la elite intelectual krausista y del regeneracionismo agrario de Joaquín Costa y que ahora constituía la izquierda republicana. Fincas entregadas a los campesinos por el Instituto de Reforma Agraria
FUENTE: Ministerio de Agricultura, Instituto de Reforma Agraria (Valencia, 1937) Los obstáculos del gobierno. El problema, por el riesgo que implicaba la desestabilización a corto plazo, lo plantearon las tres organizaciones vinculadas a tres corrientes ideológicas: monárquicos, fascistas y anarquistas. Monárquicos: La conspiración de Sanjurjo (1932) Fascismo: Su eclosión se produce en 1933.
Irredentismo anarquista: Oposición de la CNT a la República burguesa. Se manifiesta en formas variadas, algunas claramente insurreccionales. Enfrentamientos dentro de la CNT entre las tendencias trentistas y los faistas. - 8 de enero de 1933. La FAI hace un llamamiento a la insurrección general (Cataluña, Aragón, Levante, Andalucía...). Casas Viejas, en enero de 1933. El llamado “Bienio negro”. Una ocasión para la derecha republicana (Diciembre de 1933 a febrero de 1936) El 19 de noviembre, los españoles acudían de nuevo a las urnas. Participación: 67,46 %. Votantes: 8.711.136. Composición del parlamento.
Los gobiernos de este período se estructuran en torno al Partido Radical de Alejandro Lerroux, apoyado, aunque al principio desde fuera del gobierno, por la CEDA de Gil Robles. La obra de gobierno
La revolución de octubre de 1934 Defensa de la legitimidad republicana frente a la legalidad. Insurrección defensiva destinada a proteger a las masas trabajadoras del fascismo y a corregir el rumbo de la Republica burguesa hacia la orientación revolucionaria.
La madrugada del 5 de octubre, mineros asturianos y estudiantes y obreros madrileños se alzan en armas. Querían la revolución proletaria. Represión. El gobierno prohibió la prensa socialista, mantuvo la censura, hizo votar una ley de contrarreforma agraria, expulsó a los yunteros, suspendió el Estatuto de Cataluña, aumentó la jornada laboral de los metalúrgicos y los salarios reales disminuyeron en un 3 % al año. El paro llegó a 700.000 trabajadores a finales de 1935. Una de las consecuencias del levantamiento de octubre es la convicción de que era preciso recuperar la unidad para derrotar a la coalición de centro-derecha gobernante.
Los escándalos radicales
Disolución de las Cortes y convocatoria de nuevas elecciones El Frente Popular (febrero-julio 1936) Las nuevas elecciones generales tuvieron lugar el 16 de febrero de 1936. El día 20, las juntas electorales confirmaban el triunfo del Frente Popular. Participación: 72,9 %. Votantes: 9.864.783.
Tras las elecciones, entre el electorado de derecha aumentaron los temores a una revancha política de la izquierda. Los dirigentes derechistas intentaron frenar la entrega de poderes a los vencedores; Gil Robles intentó sin éxito que Portela declarase el estado de guerra y anulara los comicios (a esta petición se suman Calvo Sotelo y Franco) El día 19 de febrero, Azaña aceptó formar gobierno, un gobierno en precario. Medidas:
El 10 de mayo, Azaña es elegido presidente de la República. Casares Quiroga formó un gabinete con los partidos republicanos del FP, al que se incorporó la Esquerra. La escalada de la conflictividad. Congreso Confederal de la CNT, el 1 de mayo de 1936 en Zaragoza. Los delegados se pronuncian por la vía libertaria al comunismo, pero manteniendo las tácticas sindicales y de lucha armada. Se invita a la UGT para suscribir una alianza revolucionaria cuyo fin era destruir completamente el régimen político y social vigente. División entre prietistas y largocaballeristas en el seno del socialismo. Ingreso en la central sindical comunista CGTU en la UGT en noviembre de 1935. En junio de 1936, unificación de las JS con las JC, convirtiéndose en las JSU, bajo la dirección de Santiago Carrillo. Crecimiento de FE. Gentes de orden, asustadas por el triunfo del FP se afilian. Enfrentamientos entre los pistoleros fascistas y los de extrema izquierda. La conspiración Concurrencia de dos procesos insurreccionales de naturaleza distinta:
A partir de 1936, la trama militar se impuso sobre la civil. LA GUERRA CIVIL (1936-1939) ¿Por qué la guerra civil? Alrededor de 1970, José María Gil Robles y Joaquín Chapaprieta, líderes políticos españoles de los años 1933-1036, publicaron dos libros: No fue posible la paz y La paz fue posible. Obsesión comprensible. Pero bajo esta forma, el problema corre el riesgo de estar mal planteado. La guerra tuvo lugar. terrible. Interminable. Hay que encontrarle otros orígenes distintos a los de una mala combinación ministerial, una buena voluntad frustrada, la torpeza de un presidente. La España del siglo XX heredó del XIX graves desequilibrios. Sociales: vestigios del antiguo régimen agrario, estructuras incoherentes de la industria. Regionales: un desarrollo desigual opone mental y materialmente, en el seno del Estado, antiguas formaciones históricas. Espirituales: la Iglesia católica mantiene una pretensión dominante a la que responde un anticlericalismo militante, político-ideológico en una cierta burguesía, pasional en las masas populares anarquizantes. Se trata, en primer lugar, de ponderar la fuerza de estos problemas (Pierre Vilar. La Guerra Civil Española. Barcelona, Crítica, 1986, pág. 11) Algunos antecedentes. La llamada crisis española del siglo XX que acaba en una guerra civil está, según el profesor Julio Aróstegui en estas coordenadas históricas precisas:
La Guerra Civil es una parte, la última y decisiva de la historia de la II República Española. Origen de la guerra civil, según Azaña.- “Sería erróneo representarse el movimiento de julio del 36 como una resolución desesperada que una parte del país adoptó ante un riesgo inminente. Los complots contra la República son casi coetáneos de la instauración del régimen... Una parte del país odiaba a la otra y la temía. Miedo de ser devorado por un enemigo en acecho: el alzamiento militar y la guerra han sido, oficialmente, preventivos, para cortarle el paso a una revolución comunista... En realidad (la) discordia interna de la clase media y, en general, de la burguesía, es el origen de la guerra civil... la burguesía liberal española no tenía por sí sola fuerza bastante para implantar un nuevo régimen y para defenderlo contra los ataques conjugados de la extrema derecha y de la extrema izquierda...” (Observaciones entresacadas de su obra Causas de la guerra de España) |